Domingo 1º de Adviento - Ciclo C

Salmo responsorial: 24(25),4-5ab.8-10.14

 

Texto

4 Señor, enséñame tus caminos,
    instrúyeme en tus sendas,
5 haz que camine con lealtad;
    enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador,
8 El Señor es bueno y es recto,
    y enseña el camino a los pecadores;
9 hace caminar a los humildes con rectitud,
    enseña su camino a los humildes.
10 Las sendas del Señor son misericordia y lealtad,
    para los que guardan su alianza y sus mandatos.
14 El Señor se confía con sus fieles
    y les da a conocer su alianza.

Notas

    Salmo de súplica. El salmista pide ser instruido por el Señor y se dirige a él como maestro. Le pide que le instruya en el conocimiento de su voluntad para que, conociéndola, pueda ponerla en práctica. El salmista confía plenamente en una sabiduría superior -divina- que demuestra su verdad mediante la experiencia de la salvación.
    Como fundamento de su petición, el salmista apela a bondad y a la justicia de Dios que se manifiesta al ofrecer su enseñanza precisamente a los que más la necesitan, a los que están lejos de él. Reconoce así el más genuino de los atributos divinos, la misericordia, que se manifiesta en el perdón, ya anticipado en la enseñanza que descubre a los pecadores cuál es el camino recto para que sepan y puedan enderezar su camino.
    Esa misericordia, ese amor leal, tiene como primeros beneficiarios a los humildes y a los que han acogido y son fieles a la alianza.