Domingo 33º del Tiempo Ordinario - Ciclo B
  
  Salmo responsorial: Salmo 15(16),5.8-11
   
          | Texto | 
    |  5 El Señor es el lote de mi heredad y mi copa,mi suerte está en tu mano.
 8 Tengo siempre presente al Señor,
 con él a mi derecha no vacilaré.
 
 9 Por eso se me alegra el corazón,
 se gozan mis entrañas,
 y mi carne descansa serena:
 10 porque no me entregarás a la muerte
 ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
 
 11 Me enseñarás el sendero de la vida,
 me saciarás de gozo en tu presencia,
 de alegría perpetua a tu derecha.
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    | Notas | 
    |     Petición y confianza. El fiel solicita protección a Dios quien constituye el bien por excelencia. Alabanza y confianza: el salmista bendice a Dios con quien muestra tener una gran intimidad de la que nace la seguridad de que siempre su vida estará a salvo.
 El autor, quizá un levita, afirma que su riqueza, -el lote que a él le habría correspondido en el reparto de la tierra si hubiera pertenecido a otra tribu- es el Señor, siempre presente junto al salmista, lo que es para él causa de seguridad, alegría, serenidad y esperanza que parece trascender la misma muerte.
 El v. 10 -porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción- lo cita Pedro en el discurso que pronuncia después de recibir el Espíritu el día de Pentecostés (Hch 2,27.30-32), refiriéndolo a la resurrección de Jesús en la que alcanza su plenitud de sentido.
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